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Fue en las instalaciones del Hospital Universitario donde el doctor Méntor Tijerina de la Garza realizó hace siete décadas una cardiopatía congénita en un menor, convirtiéndose en pionero de este tipo de intervenciones en el norte del país.
Tijerina de la Garza, originario de General Bravo, Nuevo León, atendió el 22 de marzo de 1953 una cardiopatía congénita en un infante, problema definido como persistencia del conducto arterioso, que si no se operaba provocaría que la sangre se pasara a los pulmones.
Gracias a esta intervención, el Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” se convirtió en 1953 en uno de los primeros hospitales del norte en procedimientos relacionados con el corazón, esto debido a que en la Ciudad de México ya se hacían cirugías en el Instituto Nacional de Cardiología y en el Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Sin embargo, hoy en día el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de la UANL realiza alrededor de 160 cirugías al año, de las cuales el 40% son problemas congénitos en los infantes.
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